sábado, 18 de octubre de 2014

"LA COSA"

Cuando crees que la vida ya te ha golpeado lo suficiente como para haber caído bien bajo algo nuevo aparece.

Un día de paseo con amigas, disfrutando de un hermoso día de primavera, caminando junto a un estanque Malena cae al agua, una de sus amigas le tiende la mano para ayudarla a salir del agua mientras las demás sólo miraban. Malena lo intentaba pero no lograba salir de allí, era como si una fuerza desde la profundidad del agua la hiciera sumergirse más, la mano desde fuera se esforzaba por socorrerla pero cuando Malena intentaba sacar la cabeza y cogerse de aquella mano, nuevamente una fuerza desde la profundidad la cogía de sus pies sumergiéndola una vez más. Menudo susto, ¿qué hay allí abajo? ¡algo me ha tocado las piernas y me las ha cogido! ¿qué hay? ¡Ayuda! pero por más que la mano desde fuera del estanque intentaba socorrerla era imposible salir de allí.
Malena agotada, casi ya sin fuerzas se dejó sumergir en la profundidad, menuda susto ¡madre mía! Una cosa, una masa verde amorfa, horrible y aterradora, como una gelatina enorme con gran peso. Malena intentó una vez más, el último esfuerzo por salir pero cuando asomó su cabeza fuera del agua ya no había nadie para socorrerla, estaba sola, la habían dejado sola como si nada hubiese pasado con ella. Agotó toda su fuerza y de a poco se cogió de la hierba, parecía que ya salía de aquella pesadilla, tenía ya medio cuerpo fuera, ilusionada por haber agotado sus fuerzas con buen resultado. Plafff, ¡Nooooooooo! Otra vez en la profundidad y esa cosa verde que saca forma de brazos y la coge, qué desesperación, intentar nadar pero ya es imposible asomar la cabeza fuera del agua, ya no hay fuerzas, agotada, derrumbada, entregada se deja caer en los brazos de aquella cosa amorfa, verde que ahora no sólo parece tener brazos sino manos con unas uñas larguísimas pintadas de un rojo fuerte, ojos enormes con pestañas negras, largas y gigantes... ¡qué horror! pero ya no tenía más fuerzas, sólo contemplaba la cosa verde atónita y sin miedo, de pronto se formaron los labios grandes, rojos carmín, carnosos y repugnantes como si de un sapo enorme se tratara. Malena no salía de su asombro, no daba crédito a lo que estaba frente a sus ojos.
Sí, con asombro pero sin miedo, eso sí un poco de asco sentía hacia la criatura horrenda que la retenía en aquellas profundidades, en vez de un estante parecían las profundidades del océano silencioso, lejos de encontrar cualquier ayuda que pudiera sacarla de allí.

La cosa, se acercó a Malena lentamente, ella sólo miraba con un poco de temor.
La cosa la cogió fuertemente casi haciéndole daño e intentó besar los labios de Malena con esa boca carnosa y asquerosa; Malena puso resistencia, hacía fuerza inclinándose hacia atrás, alejando su cara pero las uñas de aquella cosa (media mujer-monstruo-sapo gigante) se enterraban en sus brazos y ante tanto dolor Malena dejaba de forcejear.
La cosa volvió a acercarse e intentarlo, Malena otra vez se retira viendo sangrar sus brazos por aquellas largas uñas clavada.
Mucho dolor, mucho agotamiento, ya no puede más y se entrega, se entrega a la cosa verde de labios rojos, carnosos y repugnantes, se entrega y se deja besar pero cuando la besa... Malena descubre que es el beso más dulce que le habían dado, el beso más tierno que recibió jamás. Se retira, mira a la cosa como algo feo, repugnante pero que sin embargo le gusta, como si de un hechizo se tratara pero no,... no era un hechizo, era real, "LA COSA" es Malena misma, es la Malena que habita en su interior, la Malena que grita desde el oscuro interior salir a la luz y ser libre, ser una sola Malena.
"La Cosa" es todo aquello que Malena no acepta de sí misma, todo lo que le repugna de sí misma.

Malena ante este entendimiento, ante este descubrimiento de sí misma, decide acercarse ella misma a "la cosa", la toma de las manos y la abraza fuerte.
Malena abraza con ternura toda la fealdad que no aceptaba de ella misma y aquí comienza un largo camino de aceptación.

¡Bendito Estanque! ¡Bendita Cosa Verde y asquerosa! ¡Amada Malena!

"LA COSA"

Cuando crees que la vida ya te ha golpeado lo suficiente como para haber caído bien bajo algo nuevo aparece.

Un día de paseo con amigas, disfrutando de un hermoso día de primavera, caminando junto a un estanque Malena cae al agua, una de sus amigas le tiende la mano para ayudarla a salir del agua mientras las demás sólo miraban. Malena lo intentaba pero no lograba salir de allí, era como si una fuerza desde la profundidad del agua la hiciera sumergirse más, la mano desde fuera se esforzaba por socorrerla pero cuando Malena intentaba sacar la cabeza y cogerse de aquella mano, nuevamente una fuerza desde la profundidad la cogía de sus pies sumergiéndola una vez más. Menudo susto, ¿qué hay allí abajo? ¡algo me ha tocado las piernas y me las ha cogido! ¿qué hay? ¡Ayuda! pero por más que la mano desde fuera del estanque intentaba socorrerla era imposible salir de allí.
Malena agotada, casi ya sin fuerzas se dejó sumergir en la profundidad, menuda susto ¡madre mía! Una cosa, una masa verde amorfa, horrible y aterradora, como una gelatina enorme con gran peso. Malena intentó una vez más, el último esfuerzo por salir pero cuando asomó su cabeza fuera del agua ya no había nadie para socorrerla, estaba sola, la habían dejado sola como si nada hubiese pasado con ella. Agotó toda su fuerza y de a poco se cogió de la hierba, parecía que ya salía de aquella pesadilla, tenía ya medio cuerpo fuera, ilusionada por haber agotado sus fuerzas con buen resultado. Plafff, ¡Nooooooooo! Otra vez en la profundidad y esa cosa verde que saca forma de brazos y la coge, qué desesperación, intentar nadar pero ya es imposible asomar la cabeza fuera del agua, ya no hay fuerzas, agotada, derrumbada, entregada se deja caer en los brazos de aquella cosa amorfa, verde que ahora no sólo parece tener brazos sino manos con unas uñas larguísimas pintadas de un rojo fuerte, ojos enormes con pestañas negras, largas y gigantes... ¡qué horror! pero ya no tenía más fuerzas, sólo contemplaba la cosa verde atónita y sin miedo, de pronto se formaron los labios grandes, rojos carmín, carnosos y repugnantes como si de un sapo enorme se tratara. Malena no salía de su asombro, no daba crédito a lo que estaba frente a sus ojos.
Sí, con asombro pero sin miedo, eso sí un poco de asco sentía hacia la criatura horrenda que la retenía en aquellas profundidades, en vez de un estante parecían las profundidades del océano silencioso, lejos de encontrar cualquier ayuda que pudiera sacarla de allí.

La cosa, se acercó a Malena lentamente, ella sólo miraba con un poco de temor.
La cosa la cogió fuertemente casi haciéndole daño e intentó besar los labios de Malena con esa boca carnosa y asquerosa; Malena puso resistencia, hacía fuerza inclinándose hacia atrás, alejando su cara pero las uñas de aquella cosa (media mujer-monstruo-sapo gigante) se enterraban en sus brazos y ante tanto dolor Malena dejaba de forcejear.
La cosa volvió a acercarse e intentarlo, Malena otra vez se retira viendo sangrar sus brazos por aquellas largas uñas clavada.
Mucho dolor, mucho agotamiento, ya no puede más y se entrega, se entrega a la cosa verde de labios rojos, carnosos y repugnantes, se entrega y se deja besar pero cuando la besa... Malena descubre que es el beso más dulce que le habían dado, el beso más tierno que recibió jamás. Se retira, mira a la cosa como algo feo, repugnante pero que sin embargo le gusta, como si de un hechizo se tratara pero no,... no era un hechizo, era real, "LA COSA" es Malena misma, es la Malena que habita en su interior, la Malena que grita desde el oscuro interior salir a la luz y ser libre, ser una sola Malena.
"La Cosa" es todo aquello que Malena no acepta de sí misma, todo lo que le repugna de sí misma.

Malena ante este entendimiento, ante este descubrimiento de sí misma, decide acercarse ella misma a "la cosa", la toma de las manos y la abraza fuerte.
Malena abraza con ternura toda la fealdad que no aceptaba de ella misma y aquí comienza un largo camino de aceptación.

¡Bendito Estanque! ¡Bendita Cosa Verde y asquerosa! ¡Amada Malena!