sábado, 31 de enero de 2015

"EL OBJETO VOLADOR IDENTIFICADO PERO NO ACEPTADO"

"¡Objeto Identificado!" piensa Malena tumbada sobre el sofá envuelta con una mantita mirando a la nada, al infinito ¡Objeto Identificado! dos palabras que surgieron en su mente así como de repente, invadiendo su silencio.
"Objeto Identificado" Sí, solo objeto identificado aunque podría llamarse "objeto volador identificado" porque aunque no sea un objeto volador, sigue estando todo en el aire. Tal es así que a partir de ahora lo llamará "Objeto Volador Identificado"
"Objeto Volador Identificado" no sabe si reírse o llorar por las ocurrencias de su mente, son sólo tres palabras y bastante significativas por lo visto, porque no dejan de resonar en su cabeza así sin más, de repente, como algo inesperado, ni pensado ni meditado. Le causan intriga estas palabras.
O. V. I. (Objeto Volador Identificado) el polo opuesto a OVNI (Objeto Volador No Identificado).

Malena siente como han cambiado una par de cosas en su cabeza, lo que hasta ahora percibía como no identificado, como sin nombre "lo no nombrado" refiriéndose a su "Enfermedad" y sus "Limitaciones" pues poco a poco ha comenzado a ponerle nombre a ciertos sentimientos y situaciones de su vida.
Todo sigue en el aire, nada se ha acomodado, la estantería sigue volcada, todo es desorden y caos en su interior pero Malena intenta una y otra vez "no desesperar" a veces es intentarlo a cada segundo porque la sensación o el sentimiento de descontrol la ataca sin previo aviso. Todo se convierte en una lucha continua, sin tregua, sin descanso llevándola al agotamiento mental o psíquico.
Poner nombres la ayudan a conocer y acomodar de a poco el desorden, pero de momento es mínimo el orden; es la ardua tarea de un bibliotecario cuando todos los libros caen de las estantería y debe acomodarlos nuevamente, colocar uno por uno, cientos y cientos de libros ¡qué horror madre!

Malena se pregunta: ¿Qué pasaría si identificásemos un Objeto Volador? y su segunda pregunta es: ¿Lo aceptaríamos en nuestras vidas?
Muchas veces vemos a personas luchando día a día con su enfermedad mientras los demás, los de fuera o ellos mismos se dicen: "Tienes que aceptarlo". ¡Ajá! "Aceptarlo, eso mismo se dice Malena a diario y las miles de personas que luchan ese día a día contra la enfermedad y aquellos que no es la enfermedad el motivo de no aceptación.
"Aceptación, Aceptación" de eso nada piensa Malena.

Es aquí cuando nos plantea la fatídica pregunta: "¿Aceptaríamos a un Objeto Volador una vez Identificado en nuestras vidas? ¿Aceptaríamos a alguien ajeno a nuestro planeta en nuestro mundo?" El Objeto Volador puede ser cualquier cosa, cualquier persona, situación, sentimientos... y aquí no hablamos sólo de enfermedades "¿somos capaces de hacerle hueco en nuestras vidas?"
Si no somos capaces de aceptar algo desconocido que se vuelve conocido al darle nombre, si no somos capaces ¿cómo lo integraríamos en nuestra vida, en nuestro mundo?

Sí, es muy sencillo "Identificar", "dar Nombre", pero de ahí a "Aceptar"...
Es complicado ¿verdad? se pregunta y nos pregunta Malena.
Ella es la primera que se lo plantea cada día, sí porque Malena es quien carga con ese "O.V.I." Pero no Aceptado.

Y,... ¿Qué decir de la palabra Volador?. Puff... Cuando aquello que identificamos está en aire.
En el caso de Malena, la enfermedad hace que todo esté en el aire, todo está patas arriba, hay caos. Esto produce que se sienta muchas veces ausente.
A decir verdad muchos estamos en el aire o ¿no?
Claro que sí, aunque tengamos los pies en la tierra estamos ausentes, volando. Hemos oído muchas veces: "Estás en la luna de Valencia" "Estás en el Limbo" "Estás a por Uvas" "¿Estás?" "Estás Ausente" "¿Me sigues?"; muchas veces estamos apoyados con los pies aparentemente firmes en la tierra mientras nuestra mente vuela, se dedica a viajar, ir más allá, navegando al infinito, a la nada misma, buscando el no sé qué, "Estamos sin Estar".
Aunque muchas veces suele pasar que nos encontramos bien, a gusto en ese país del no sé dónde y nos sentimos realmente cómodos con la mente en blanco, en un estado como de falso relax diría Malena según sus experiencias, pues en realidad no es más que una huida sutil de nuestras preocupaciones.
En fin,... a veces estamos en el aire sin saber ¿por qué? y otras veces sí sabemos de lo que huimos, ya le hemos dado nombre y es aquí cuando el Objeto Volador se vuelve Identificado.
Sí, lo Identificamos pero...
¿Lo Aceptamos?
¿Somos capaces de incorporarlo?
¿Difícil verdad?
Ahora Malena se pregunta ¿Quién tiene el valor ahora a decirnos que hay que Aceptarlo? y se lo reprocha a sí misma en primer lugar.
JA JA JA!
Y se dice:
"Si yo, Malena, soy la primera que me digo una y otra vez, que debo aceptar mi enfermedad porque sino es como fallar a mí misma, es fracasar, es ser débil, es traicionarme ante las pruebas de la vida". Pero también es consciente de que no puede imponerse la aceptación, llegar el momento cuando menos lo espere.
Es consciente que el camino será arduo, duro como la de un bibliotecario cuando debe volver a colocar libro a libro, uno a uno porque han caído todos de las estanterías.

¡Estoy muy cansada! se dice Malena, sólo plantearse todo esto la agota, le roba las fuerzas y es aquí cuando tiene ganas de derrumbarse pero no se lo permite, no quiere caer, no quiere llorar, desahogarse, liberarse de todo aquello que la oprime aunque sabe muy bien que asumir sus propias miserias, llorar si es necesario es el primer paso hacia la "Aceptación" porque es en la Debilidad cuando se hace Fuerte.



"EL OBJETO VOLADOR IDENTIFICADO PERO NO ACEPTADO"

"¡Objeto Identificado!" piensa Malena tumbada sobre el sofá envuelta con una mantita mirando a la nada, al infinito ¡Objeto Identificado! dos palabras que surgieron en su mente así como de repente, invadiendo su silencio.
"Objeto Identificado" Sí, solo objeto identificado aunque podría llamarse "objeto volador identificado" porque aunque no sea un objeto volador, sigue estando todo en el aire. Tal es así que a partir de ahora lo llamará "Objeto Volador Identificado"
"Objeto Volador Identificado" no sabe si reírse o llorar por las ocurrencias de su mente, son sólo tres palabras y bastante significativas por lo visto, porque no dejan de resonar en su cabeza así sin más, de repente, como algo inesperado, ni pensado ni meditado. Le causan intriga estas palabras.
O. V. I. (Objeto Volador Identificado) el polo opuesto a OVNI (Objeto Volador No Identificado).

Malena siente como han cambiado una par de cosas en su cabeza, lo que hasta ahora percibía como no identificado, como sin nombre "lo no nombrado" refiriéndose a su "Enfermedad" y sus "Limitaciones" pues poco a poco ha comenzado a ponerle nombre a ciertos sentimientos y situaciones de su vida.
Todo sigue en el aire, nada se ha acomodado, la estantería sigue volcada, todo es desorden y caos en su interior pero Malena intenta una y otra vez "no desesperar" a veces es intentarlo a cada segundo porque la sensación o el sentimiento de descontrol la ataca sin previo aviso. Todo se convierte en una lucha continua, sin tregua, sin descanso llevándola al agotamiento mental o psíquico.
Poner nombres la ayudan a conocer y acomodar de a poco el desorden, pero de momento es mínimo el orden; es la ardua tarea de un bibliotecario cuando todos los libros caen de las estantería y debe acomodarlos nuevamente, colocar uno por uno, cientos y cientos de libros ¡qué horror madre!

Malena se pregunta: ¿Qué pasaría si identificásemos un Objeto Volador? y su segunda pregunta es: ¿Lo aceptaríamos en nuestras vidas?
Muchas veces vemos a personas luchando día a día con su enfermedad mientras los demás, los de fuera o ellos mismos se dicen: "Tienes que aceptarlo". ¡Ajá! "Aceptarlo, eso mismo se dice Malena a diario y las miles de personas que luchan ese día a día contra la enfermedad y aquellos que no es la enfermedad el motivo de no aceptación.
"Aceptación, Aceptación" de eso nada piensa Malena.

Es aquí cuando nos plantea la fatídica pregunta: "¿Aceptaríamos a un Objeto Volador una vez Identificado en nuestras vidas? ¿Aceptaríamos a alguien ajeno a nuestro planeta en nuestro mundo?" El Objeto Volador puede ser cualquier cosa, cualquier persona, situación, sentimientos... y aquí no hablamos sólo de enfermedades "¿somos capaces de hacerle hueco en nuestras vidas?"
Si no somos capaces de aceptar algo desconocido que se vuelve conocido al darle nombre, si no somos capaces ¿cómo lo integraríamos en nuestra vida, en nuestro mundo?

Sí, es muy sencillo "Identificar", "dar Nombre", pero de ahí a "Aceptar"...
Es complicado ¿verdad? se pregunta y nos pregunta Malena.
Ella es la primera que se lo plantea cada día, sí porque Malena es quien carga con ese "O.V.I." Pero no Aceptado.

Y,... ¿Qué decir de la palabra Volador?. Puff... Cuando aquello que identificamos está en aire.
En el caso de Malena, la enfermedad hace que todo esté en el aire, todo está patas arriba, hay caos. Esto produce que se sienta muchas veces ausente.
A decir verdad muchos estamos en el aire o ¿no?
Claro que sí, aunque tengamos los pies en la tierra estamos ausentes, volando. Hemos oído muchas veces: "Estás en la luna de Valencia" "Estás en el Limbo" "Estás a por Uvas" "¿Estás?" "Estás Ausente" "¿Me sigues?"; muchas veces estamos apoyados con los pies aparentemente firmes en la tierra mientras nuestra mente vuela, se dedica a viajar, ir más allá, navegando al infinito, a la nada misma, buscando el no sé qué, "Estamos sin Estar".
Aunque muchas veces suele pasar que nos encontramos bien, a gusto en ese país del no sé dónde y nos sentimos realmente cómodos con la mente en blanco, en un estado como de falso relax diría Malena según sus experiencias, pues en realidad no es más que una huida sutil de nuestras preocupaciones.
En fin,... a veces estamos en el aire sin saber ¿por qué? y otras veces sí sabemos de lo que huimos, ya le hemos dado nombre y es aquí cuando el Objeto Volador se vuelve Identificado.
Sí, lo Identificamos pero...
¿Lo Aceptamos?
¿Somos capaces de incorporarlo?
¿Difícil verdad?
Ahora Malena se pregunta ¿Quién tiene el valor ahora a decirnos que hay que Aceptarlo? y se lo reprocha a sí misma en primer lugar.
JA JA JA!
Y se dice:
"Si yo, Malena, soy la primera que me digo una y otra vez, que debo aceptar mi enfermedad porque sino es como fallar a mí misma, es fracasar, es ser débil, es traicionarme ante las pruebas de la vida". Pero también es consciente de que no puede imponerse la aceptación, llegar el momento cuando menos lo espere.
Es consciente que el camino será arduo, duro como la de un bibliotecario cuando debe volver a colocar libro a libro, uno a uno porque han caído todos de las estanterías.

¡Estoy muy cansada! se dice Malena, sólo plantearse todo esto la agota, le roba las fuerzas y es aquí cuando tiene ganas de derrumbarse pero no se lo permite, no quiere caer, no quiere llorar, desahogarse, liberarse de todo aquello que la oprime aunque sabe muy bien que asumir sus propias miserias, llorar si es necesario es el primer paso hacia la "Aceptación" porque es en la Debilidad cuando se hace Fuerte.



sábado, 10 de enero de 2015

"EL DOLOR"

¿DOLOR? ¿Qué es el DOLOR se pregunta Malena? y lo escribe en mayúsculas porque así lo siente.
El Dolor es una palabra fuerte, dura y que atormenta de distintas maneras; el Dolor se torna oscuro muchas veces, incomprensible, indescriptible.
Pero,... ¿Qué es el dolor se pregunta una y otra vez Malena?

Qué palabra más dura, hasta casi duele pronunciarla, casi duele escucharla. "¡Me produce rechazo!" piensa Malena
El Dolor cala profundo, muy hondo y lastima, Duele.
Malena se hace muchas preguntas: ¿Por qué existe el Dolor? ¿Por qué hay personas que lo sufren de continuo casi sin darles tregua? ¿Por qué...? ¿Por qué...?
No se puede analizar, no se puede responder porque si se pudiera todo sería más fácil, más sencillo pero no es así.
Para Malena el dolor es parte de su vida, camina a su lado como una sombra; el dolor está siempre ahí como algo turbio, frío, silencioso, punzante, agudo, firme, camina cada paso de Malena, es el lado oscuro de su vida, no la abandona, duele en cada paso, duele en cada respiro, duele al despertar por las mañanas cada día, duele al acostarse cada noche ¡el Dolor Duele!

Malena ha hecho parte de su vida al dolor, ha aprendido a integrarlo en su vida, son casi como almas gemelas, respiran el mismo aire, lloran las mismas lágrimas, viven la misma vida ...
Muchas personas sufren dolor, físico o emocional y Malena es consciente de ello pero no ha encontrado la manera de eliminarlo para siempre.

Malena sufre los dos tipos de dolor que conoce, porque su dolor físico es tan intenso que la desestabiliza causándole dolor emocional. A veces se siente perdida, desorientada, desbordada.
Malena, ha sobrepasado los límites del dolor, ha cruzado más allá del umbral de su dolor y ahora es capaz de soportar  lo que otras personas no toleran porque las derrumbarían; esto no significa que Malena sea fuerte, o que al sobrepasar los límites del dolor haya encontrado el alivio, más bien todo lo contrario.
Malena es débil pero su capacidad de soportar tanto dolor es tan grande, tan grande que se ha acostumbrado a ello aunque aparezcan algún  día o varios días oscuros y caiga vencida por tanto agotamiento al enfrentarlo.
Malena recrea muchas veces con su imaginación una escena donde ella es una guerrera medieval ¡Qué fuertes esos hombres! ¡Qué fuertes y qué valientes aquellas mujeres! Malena quisiera ser una guerrera para enfrentar a su peor enemigo "el Dolor", Malena quiere ser "Juana de Arco" una gran heroína y una mujer fuerte, valiente un referente para Malena.

Las armaduras, escudos, lanzas, corazas, todo aquello que utilizaban, se amoldaban al cuerpo del guerrero para darle mayor libertad de movimientos y así quedar protegidos de cualquier daño que podrían producirles o resentirlos pero sin embargo algunos no lograban salir victoriosos de aquellos enfrentamientos y así se siente muchas veces Malena, identificada .

Ella se ha vuelto fuerte ante el dolor (su mayor y único enemigo, el más grande para ella), pero ello ha significado nuevos desafío que afrontar, más limitaciones físicas y emocionales pero no quiere rendirse y aunque se sienta vencida es ahí cuando:
Duele el alma, duele el cuerpo pero sigue ahí, de pié.
Duele respirar, Duele caminar, Duele sonreír, Duele llorar.
Duele despertar por las mañanas y Duele el acostarse por las noches.
Duele la lluvia y Duele el sol, Duele frío y Duele el calor.
Duele pensar y Duele sentir.
Duele el Dolor y Duele el Estar.

Todo es Dolor cuando está en mi Yo.
Malena piensa, Malena pelea, Malena quiere una vez más "Asumir, Aceptar y Convivir" con su Dolor.
Malena sabe que en el sufrimiento predomina un sentimiento de "Impotencia" de "Perder el Control" sobre lo que sucede y sobre sí misma.

Malena aprende día a día a abrazar su Dolor.




"EL DOLOR"

¿DOLOR? ¿Qué es el DOLOR se pregunta Malena? y lo escribe en mayúsculas porque así lo siente.
El Dolor es una palabra fuerte, dura y que atormenta de distintas maneras; el Dolor se torna oscuro muchas veces, incomprensible, indescriptible.
Pero,... ¿Qué es el dolor se pregunta una y otra vez Malena?

Qué palabra más dura, hasta casi duele pronunciarla, casi duele escucharla. "¡Me produce rechazo!" piensa Malena
El Dolor cala profundo, muy hondo y lastima, Duele.
Malena se hace muchas preguntas: ¿Por qué existe el Dolor? ¿Por qué hay personas que lo sufren de continuo casi sin darles tregua? ¿Por qué...? ¿Por qué...?
No se puede analizar, no se puede responder porque si se pudiera todo sería más fácil, más sencillo pero no es así.
Para Malena el dolor es parte de su vida, camina a su lado como una sombra; el dolor está siempre ahí como algo turbio, frío, silencioso, punzante, agudo, firme, camina cada paso de Malena, es el lado oscuro de su vida, no la abandona, duele en cada paso, duele en cada respiro, duele al despertar por las mañanas cada día, duele al acostarse cada noche ¡el Dolor Duele!

Malena ha hecho parte de su vida al dolor, ha aprendido a integrarlo en su vida, son casi como almas gemelas, respiran el mismo aire, lloran las mismas lágrimas, viven la misma vida ...
Muchas personas sufren dolor, físico o emocional y Malena es consciente de ello pero no ha encontrado la manera de eliminarlo para siempre.

Malena sufre los dos tipos de dolor que conoce, porque su dolor físico es tan intenso que la desestabiliza causándole dolor emocional. A veces se siente perdida, desorientada, desbordada.
Malena, ha sobrepasado los límites del dolor, ha cruzado más allá del umbral de su dolor y ahora es capaz de soportar  lo que otras personas no toleran porque las derrumbarían; esto no significa que Malena sea fuerte, o que al sobrepasar los límites del dolor haya encontrado el alivio, más bien todo lo contrario.
Malena es débil pero su capacidad de soportar tanto dolor es tan grande, tan grande que se ha acostumbrado a ello aunque aparezcan algún  día o varios días oscuros y caiga vencida por tanto agotamiento al enfrentarlo.
Malena recrea muchas veces con su imaginación una escena donde ella es una guerrera medieval ¡Qué fuertes esos hombres! ¡Qué fuertes y qué valientes aquellas mujeres! Malena quisiera ser una guerrera para enfrentar a su peor enemigo "el Dolor", Malena quiere ser "Juana de Arco" una gran heroína y una mujer fuerte, valiente un referente para Malena.

Las armaduras, escudos, lanzas, corazas, todo aquello que utilizaban, se amoldaban al cuerpo del guerrero para darle mayor libertad de movimientos y así quedar protegidos de cualquier daño que podrían producirles o resentirlos pero sin embargo algunos no lograban salir victoriosos de aquellos enfrentamientos y así se siente muchas veces Malena, identificada .

Ella se ha vuelto fuerte ante el dolor (su mayor y único enemigo, el más grande para ella), pero ello ha significado nuevos desafío que afrontar, más limitaciones físicas y emocionales pero no quiere rendirse y aunque se sienta vencida es ahí cuando:
Duele el alma, duele el cuerpo pero sigue ahí, de pié.
Duele respirar, Duele caminar, Duele sonreír, Duele llorar.
Duele despertar por las mañanas y Duele el acostarse por las noches.
Duele la lluvia y Duele el sol, Duele frío y Duele el calor.
Duele pensar y Duele sentir.
Duele el Dolor y Duele el Estar.

Todo es Dolor cuando está en mi Yo.
Malena piensa, Malena pelea, Malena quiere una vez más "Asumir, Aceptar y Convivir" con su Dolor.
Malena sabe que en el sufrimiento predomina un sentimiento de "Impotencia" de "Perder el Control" sobre lo que sucede y sobre sí misma.

Malena aprende día a día a abrazar su Dolor.




jueves, 8 de enero de 2015

"AL OTRO LADO DE LA PUERTA"

Malena despierta temprano por la mañana a causa de ruidosos pasos que andan, pasos que corren, murmullos, gente que habla, ...
Abre sus ojos, se incorpora en la cama y nota que a su lado hay otras cuatro camas más, se incorpora otro poco más hasta encontrarse sentada y recorriendo con sus ojos el cuarto nota que no es su habitación, ni su cama, ni su ambiente, mira a su alrededor ve ropa tirada, zapatillas, cinturones, ropa de gente joven todos hombres y puede oler el sudor de hormonas masculinas en pleno despertar.

Malena desconcertada se levanta rápidamente, se viste y se dirige abrir lentamente la puerta de aquel cuarto con miedo a lo que pudiera encontrar al otro lado. Casi sin asomarse alguien se precipita a la habitación (la maestra de novicias) piensa que se encuentra en una especie de convento, la religiosa
registra el cuarto como suele hacerlo con sus novicias. Le llama la atención a Malena por todo el desorden que había en ese cuarto, Malena recoge en silencio hasta que dice "todo esto no es mío, no sé que hago aquí", recorriendo con sus ojos el lugar ve que esa no es su cama, ni sus cosas, ni su cuarto pero la maestra de novicias sigue insistiendo en que recoja; Malena obediente recoge en silencio y le pide a la maestra de novicias que por favor la cambiase de habitación porque incomodaría a los jóvenes que dormían ahí y así estarían a su aire, a lo cual la religiosa asintió con la cabeza y se marchó sin decir nada.

Malena no entiende nada, está desconcertada, decide salir de la habitación casi con timidez, no sabe lo que encontrará al otro lado de aquel cuarto desordenado.
Una vez abierta la puerta asoma su cabeza y ve un largo pasillo, lo reconoce, no está en su casa, es el pasillo de su Instituto (allí donde había estudiado y donde también había enseñado como profesora de música); aquellas puertas no era más que las aulas de los alumnos donde se habían improvisado habitaciones  de las que salía gente.
Malena comenzó a caminar por el pasillo, todos jóvenes chicos y chicas; de pronto mientras caminaba por el pasillo la puerta de otra habitación improvisada se abrió y alguien la llamaba por su nombre desde dentro, le pedía que entrara, Malena asomó la cabeza pero no podía ver de quién se trataba ya que estaba todo oscuro pero una vez dentro encontró una sola cama y acostada en ella una amiga de años, religiosa la mujer. Malena se acercó pero a la vez sentía dentro una especie de rechazo; la religiosa la llamaba y Malena se detuvo diciendo que debía salir e ir a dar clases, que estaba ahí porque debía dar sus clases. La religiosa insistió mucho y dijo que aún había tiempo para ir a dar clases; Malena se resistió, la religiosa se levantó, la cogió de la mano y le pidió que se acostara a su lado; Malena estaba tensa, incómoda, vestida y con zapatos dentro de la cama. Una vez ahí la religiosa le dijo que se relajara, que no pasaba nada, que hacía mucho no se veían y que la echaba mucho de menos y comenzó a acariciarla entonces Malena se levantó bruscamente de aquella cama pero la religiosa la cogió fuertemente de uno de sus brazos y la acostó nuevamente a su lado.
Se hizo un prolongado silencio y mantuvieron las distancias pese a estar en la misma cama, así hasta que quedaron dormidas sin que nada sucediese.

Malena se encuentra de repente fuera de la habitación caminando al final del pasillo de aquél su colegio durante muchos años y desde el piso de arriba ve las escaleras recuerda su tiempo de estudiante; ve jóvenes subiendo y bajando, muchas risas, nerviosismos... como si aquel momento fuese el primer día de clases.
Desde allí arriba, entre tantos jóvenes ve a tres chicas, una de ellas su propia mujer pero como estudiante de instituto, la ve como en aquellas fotos de finales de carrera universitaria que tiene guardada en la cartera. Sí Malena está casada y su pareja es otra mujer, pero aquella mujer tiene cara de joven, sujetando casi abrazando un montón de libros entre sus brazos.
Malena la observa y siente emoción de haberla encontrado en aquel lugar también ve al lado de su mujer a dos chicas más un tanto raras por cierto, esas jóvenes elevaron sus miradas y con el reflejo de unos focos enormes de luz, no alcanzaba a ver sus rostros pero sólo podía apreciar sus narices, eran enormes, una tan gigante que ocupaba toda su cabeza como si fuera una morsa y la otra con su nariz un poco más pequeña que la compañera pero enorme de todas maneras, podía verse ambos orificios, eran como dos setas "Parasol" con láminas por debajo, rarísimo todo luego Malena volvió la mirada a su mujer "Ella estaba ahí, con una camisa verde oscura, un jersey blanco, un colgante, gafas y bien peinada, perfecta, casi monjil o mejor dicho angelical" era un remanso para Malena contemplarla pese a todo lo que la rodeaba, a gente extraña, cosas raras, pero Malena estaba como ausente contemplando a su amor.

De pronto, casi bruscamente se encuentra en aquella habitación en la que se despertó y la maestra novicia no solo la dejó en el mismo cuarto con los jóvenes sino que agregó otra cama donde dormiría un profesor que ya se encontraba ahí, un señor mayor.

Todo era como un sueño, se sentía en las nubes, estaba confusa hasta que de pronto todo se oscureció fugazmente. Malena intenta ver en la oscuridad pero no puede, ya no se oyen ruidos ni pasos de jóvenes por los pasillos. Malena intenta volver abrir los ojos, mira a su alrededor y se encuentra en su habitación, en su casa. Todo fue un sueño, respira hondo y aunque todo se haya esfumado, las sensaciones vividas en el sueño siguen estando en su interior. ¡Qué alegría despertar a la realidad! piensa Malena mientras se incorpora en su cama para calzarse los pies y abrigarse antes de abrir la puerta de su habitación.



"AL OTRO LADO DE LA PUERTA"

Malena despierta temprano por la mañana a causa de ruidosos pasos que andan, pasos que corren, murmullos, gente que habla, ...
Abre sus ojos, se incorpora en la cama y nota que a su lado hay otras cuatro camas más, se incorpora otro poco más hasta encontrarse sentada y recorriendo con sus ojos el cuarto nota que no es su habitación, ni su cama, ni su ambiente, mira a su alrededor ve ropa tirada, zapatillas, cinturones, ropa de gente joven todos hombres y puede oler el sudor de hormonas masculinas en pleno despertar.

Malena desconcertada se levanta rápidamente, se viste y se dirige abrir lentamente la puerta de aquel cuarto con miedo a lo que pudiera encontrar al otro lado. Casi sin asomarse alguien se precipita a la habitación (la maestra de novicias) piensa que se encuentra en una especie de convento, la religiosa
registra el cuarto como suele hacerlo con sus novicias. Le llama la atención a Malena por todo el desorden que había en ese cuarto, Malena recoge en silencio hasta que dice "todo esto no es mío, no sé que hago aquí", recorriendo con sus ojos el lugar ve que esa no es su cama, ni sus cosas, ni su cuarto pero la maestra de novicias sigue insistiendo en que recoja; Malena obediente recoge en silencio y le pide a la maestra de novicias que por favor la cambiase de habitación porque incomodaría a los jóvenes que dormían ahí y así estarían a su aire, a lo cual la religiosa asintió con la cabeza y se marchó sin decir nada.

Malena no entiende nada, está desconcertada, decide salir de la habitación casi con timidez, no sabe lo que encontrará al otro lado de aquel cuarto desordenado.
Una vez abierta la puerta asoma su cabeza y ve un largo pasillo, lo reconoce, no está en su casa, es el pasillo de su Instituto (allí donde había estudiado y donde también había enseñado como profesora de música); aquellas puertas no era más que las aulas de los alumnos donde se habían improvisado habitaciones  de las que salía gente.
Malena comenzó a caminar por el pasillo, todos jóvenes chicos y chicas; de pronto mientras caminaba por el pasillo la puerta de otra habitación improvisada se abrió y alguien la llamaba por su nombre desde dentro, le pedía que entrara, Malena asomó la cabeza pero no podía ver de quién se trataba ya que estaba todo oscuro pero una vez dentro encontró una sola cama y acostada en ella una amiga de años, religiosa la mujer. Malena se acercó pero a la vez sentía dentro una especie de rechazo; la religiosa la llamaba y Malena se detuvo diciendo que debía salir e ir a dar clases, que estaba ahí porque debía dar sus clases. La religiosa insistió mucho y dijo que aún había tiempo para ir a dar clases; Malena se resistió, la religiosa se levantó, la cogió de la mano y le pidió que se acostara a su lado; Malena estaba tensa, incómoda, vestida y con zapatos dentro de la cama. Una vez ahí la religiosa le dijo que se relajara, que no pasaba nada, que hacía mucho no se veían y que la echaba mucho de menos y comenzó a acariciarla entonces Malena se levantó bruscamente de aquella cama pero la religiosa la cogió fuertemente de uno de sus brazos y la acostó nuevamente a su lado.
Se hizo un prolongado silencio y mantuvieron las distancias pese a estar en la misma cama, así hasta que quedaron dormidas sin que nada sucediese.

Malena se encuentra de repente fuera de la habitación caminando al final del pasillo de aquél su colegio durante muchos años y desde el piso de arriba ve las escaleras recuerda su tiempo de estudiante; ve jóvenes subiendo y bajando, muchas risas, nerviosismos... como si aquel momento fuese el primer día de clases.
Desde allí arriba, entre tantos jóvenes ve a tres chicas, una de ellas su propia mujer pero como estudiante de instituto, la ve como en aquellas fotos de finales de carrera universitaria que tiene guardada en la cartera. Sí Malena está casada y su pareja es otra mujer, pero aquella mujer tiene cara de joven, sujetando casi abrazando un montón de libros entre sus brazos.
Malena la observa y siente emoción de haberla encontrado en aquel lugar también ve al lado de su mujer a dos chicas más un tanto raras por cierto, esas jóvenes elevaron sus miradas y con el reflejo de unos focos enormes de luz, no alcanzaba a ver sus rostros pero sólo podía apreciar sus narices, eran enormes, una tan gigante que ocupaba toda su cabeza como si fuera una morsa y la otra con su nariz un poco más pequeña que la compañera pero enorme de todas maneras, podía verse ambos orificios, eran como dos setas "Parasol" con láminas por debajo, rarísimo todo luego Malena volvió la mirada a su mujer "Ella estaba ahí, con una camisa verde oscura, un jersey blanco, un colgante, gafas y bien peinada, perfecta, casi monjil o mejor dicho angelical" era un remanso para Malena contemplarla pese a todo lo que la rodeaba, a gente extraña, cosas raras, pero Malena estaba como ausente contemplando a su amor.

De pronto, casi bruscamente se encuentra en aquella habitación en la que se despertó y la maestra novicia no solo la dejó en el mismo cuarto con los jóvenes sino que agregó otra cama donde dormiría un profesor que ya se encontraba ahí, un señor mayor.

Todo era como un sueño, se sentía en las nubes, estaba confusa hasta que de pronto todo se oscureció fugazmente. Malena intenta ver en la oscuridad pero no puede, ya no se oyen ruidos ni pasos de jóvenes por los pasillos. Malena intenta volver abrir los ojos, mira a su alrededor y se encuentra en su habitación, en su casa. Todo fue un sueño, respira hondo y aunque todo se haya esfumado, las sensaciones vividas en el sueño siguen estando en su interior. ¡Qué alegría despertar a la realidad! piensa Malena mientras se incorpora en su cama para calzarse los pies y abrigarse antes de abrir la puerta de su habitación.