viernes, 6 de febrero de 2015

"ZOILA"

Zoila, Zoila, no es una palabra cualquiera, es un nombre y no un nombre cualquiera. Bajo este nombre se encuentra una mujer valiente, importante en la vida de Malena.
Zoila, y se le llena el alma de alegría al pronunciar su nombre en voz baja.
Zoila es vida, fuerza, alegría, dolor y tirar hacia delante siempre, siempre. Esos son los sentimientos que se despiertan en Malena al recordar el nombre de Zoila.

Aunque se despierta cierta melancolía al resonar su nombre en el corazón de Malena porque la echa de menos; sin embargo no ha hablado mucho con ella pero sí la contemplaba, la miraba y la admiraba, aprendía de sus gestos, de su silbido horroroso que intentaba seguir la melodía de sus canciones y Malena llena de risas por aquel silbido tímido, rasposo, le enseñó a silbar y juntas silbaban sus canciones.

Hoy Malena le escribe:
"Zoila, te escribo porque quiero que sepas que pienso en ti, con tu paciencia infinita cuidando de nosotras tus hijas prestadas, ando extrañando charlar contigo aunque ya no estés en este mundo, no tenías estudios pero conocías mucho porque eras una mujer sabia, emanabas sabiduría y ganas de vivir la vida al máximo. Recuerdo cuando ya era joven, me marchaba de casa y todos entre lágrimas, tú también me dijiste: ¡todo irá bien! ¡Gracias Zoila porque tu espíritu pulula en el mundo y en mi corazón al igual que en el de mis hermanas!"

"Cómo es que se vive con tanta nostalgia..." recuerda Malena de aquella canción de Teresa Parodi "La abuela Emilia"
Teresa Parodi: cantautora Argentina de folclore y desde el 7 de mayo de 2014, primera Ministra de Cultura de Argentina. Es también una de las voces folclóricas más representativas de la Argentina en las últimas décadas. Teresa Parodi, nacida en la provincia de Corrientes, Argentinas. 
¡Como vos Zoila, pura raza Correntina y Chaqueña brotaban por tus venas!

Malena se ríe al recordar a Zoila, porque toda ella era especial, como un ángel moreno, ayudaba a mamá con las tareas de la casa y con nosotras sus hijas prestadas o postizas como ella nos llamaba.¡Qué mujer, de piel dura, curtida y tan cariñosa, tan dulce!
Zoila las hacía reír con sus locuras, sus ocurrencias aunque Malena también tenía sus propias ocurrencias; recuerda un día de invierno, muchísimo frío y humedad; mientras Zoila se preparaba para colocar la ropa sucia en la lavadora (de las antiguas, esas de tambor, menudo trasto era). Mamá le dijo a Zolia que debajo del mandil se colocara algo para que no pasara la humedad a su cuerpo y así evitar mojarse y enfermar (conversación que Malena no había oído).
Zoila llama a Malena que estaba cerca y le dice: "Debo ir al baño ¿podrías traerme periódicos para no mojarme con la lavadora?".
Mientras Zoila se marchó, Malena obediente trajo muchos periódicos, fue separando sus hojas y una a una las colocó en la boca de la lavadora, así fue cubriendo toda la boda del tambor así Zoila estaba protegida del agua y la humedad. Claro que Malena hacía todo con mucho cariño cuando era para Zoila. Una vez terminada su misión Malena se marchó a jugar con sus hermanas.
¡Pero qué ha pasado! Gritan a la vez Zoila y la madre de Malena.
Imaginen, a Malena y sus hermanas corriendo curiosas y un poco alarmadas a ver lo que había sucedido. Los ojos pequeños y achinados de Malena se abrieron de tal manera que se le saltaban de las cuencas. ¿Qué has hecho? le pregunta su madre y Zoila en un ataque de risa. Jajajaja esto es increíble. La Lavadora en marcha se había tragado todo el periódico que Malena había colocado tan prolijamente para proteger a Zoila del agua. Las sábanas, la ropa, los papelitos mojados y pegados a la ropa. Un caos prácticamente.
A pesa del enfado de su madre, Malena entró en un ataque de risa contagiada por la risa graciosa y sin dientes de Zoila. Malena sentada en el suelo quitando uno a uno miles y miles de papeles pegados a la ropa, era como un rompecabezas y mientras los retiraba iba amontonando a su lado cantidades de papeles.
Sus hermanas y su madre se contagiaron de las risas y a pesar del caos todo se transformo en un "agradable" momento entre las seis mujeres de la casa.
Pero Malena sabe que con Zoila lo terrible se puede convertir en algo simple porque sabía mirar la vida a través de esos ojos negros y profundos que tenía.

Lo cierto es que Malena no era la única que cometía errores, también sus hermanas tenían algún detalle que ponía a su madre de los nervios a quien Zoila le enseñaba a controlarse y sonreír. Lógico, como no iba a ser Zoila nuestra maestra ante la vida si ella misma cometía errores.
Las quería tanto y también a su madre; Zoila les había cogido mucho cariño.

Una vez, Zoila estaba atendiendo mil cosas y la madre de Malena también porque debían salir después de la comida. Cuando preparaban sus prendas para vestirse después de comer , la madre de Malena se volvió loca buscando los zapatitos blancos de la niña pequeña; todas en la casa buscando los dichosos zapatos y Zolia dice: "Los tenía en mis manos recuerdo pero no sé dónde los he guardado" La madre de Malena le dice que no se preocupe, que ya aparecerán y que les pondría otros. Se marcharon todas a comer "Zoila incluida, era de la familia" y aunque ya no esté sigue siendo parte en sus memorias.
Una vez todas preparadas para comenzar la comida la madre de Malena se levantó para busca queso rayado en el frigo; comienza a reírse sin parar, una vez abierta la puerta del frigo, era obvio que las niñas detrás al instante, se levantaron de sus sillas como balas y Zoila también se asomaba agachada. Las risas invadieron nuevamente la casa. Estaban ahí, los zapatitos, dentro del frigo. Zoila pidiendo disculpas, a la vez muerta de risa y la madre de Malena no podía parar de reír.

Zoila tu sonrisa hermosa pero sin dientes ¡qué graciosa eras, sabías reírte de ti misma! ¡Tu piel ruda, curtida, llena de grietas, tus uñas quebradas, tus cabellos blancos! ¡Tus historias, tus canciones, tus silbidos tímidos!
¡Gracias por existir y enseñarnos a reír! Así Malena, recuerda a Zoila con tanto cariño y llena de ternura.





"ZOILA"

Zoila, Zoila, no es una palabra cualquiera, es un nombre y no un nombre cualquiera. Bajo este nombre se encuentra una mujer valiente, importante en la vida de Malena.
Zoila, y se le llena el alma de alegría al pronunciar su nombre en voz baja.
Zoila es vida, fuerza, alegría, dolor y tirar hacia delante siempre, siempre. Esos son los sentimientos que se despiertan en Malena al recordar el nombre de Zoila.

Aunque se despierta cierta melancolía al resonar su nombre en el corazón de Malena porque la echa de menos; sin embargo no ha hablado mucho con ella pero sí la contemplaba, la miraba y la admiraba, aprendía de sus gestos, de su silbido horroroso que intentaba seguir la melodía de sus canciones y Malena llena de risas por aquel silbido tímido, rasposo, le enseñó a silbar y juntas silbaban sus canciones.

Hoy Malena le escribe:
"Zoila, te escribo porque quiero que sepas que pienso en ti, con tu paciencia infinita cuidando de nosotras tus hijas prestadas, ando extrañando charlar contigo aunque ya no estés en este mundo, no tenías estudios pero conocías mucho porque eras una mujer sabia, emanabas sabiduría y ganas de vivir la vida al máximo. Recuerdo cuando ya era joven, me marchaba de casa y todos entre lágrimas, tú también me dijiste: ¡todo irá bien! ¡Gracias Zoila porque tu espíritu pulula en el mundo y en mi corazón al igual que en el de mis hermanas!"

"Cómo es que se vive con tanta nostalgia..." recuerda Malena de aquella canción de Teresa Parodi "La abuela Emilia"
Teresa Parodi: cantautora Argentina de folclore y desde el 7 de mayo de 2014, primera Ministra de Cultura de Argentina. Es también una de las voces folclóricas más representativas de la Argentina en las últimas décadas. Teresa Parodi, nacida en la provincia de Corrientes, Argentinas. 
¡Como vos Zoila, pura raza Correntina y Chaqueña brotaban por tus venas!

Malena se ríe al recordar a Zoila, porque toda ella era especial, como un ángel moreno, ayudaba a mamá con las tareas de la casa y con nosotras sus hijas prestadas o postizas como ella nos llamaba.¡Qué mujer, de piel dura, curtida y tan cariñosa, tan dulce!
Zoila las hacía reír con sus locuras, sus ocurrencias aunque Malena también tenía sus propias ocurrencias; recuerda un día de invierno, muchísimo frío y humedad; mientras Zoila se preparaba para colocar la ropa sucia en la lavadora (de las antiguas, esas de tambor, menudo trasto era). Mamá le dijo a Zolia que debajo del mandil se colocara algo para que no pasara la humedad a su cuerpo y así evitar mojarse y enfermar (conversación que Malena no había oído).
Zoila llama a Malena que estaba cerca y le dice: "Debo ir al baño ¿podrías traerme periódicos para no mojarme con la lavadora?".
Mientras Zoila se marchó, Malena obediente trajo muchos periódicos, fue separando sus hojas y una a una las colocó en la boca de la lavadora, así fue cubriendo toda la boda del tambor así Zoila estaba protegida del agua y la humedad. Claro que Malena hacía todo con mucho cariño cuando era para Zoila. Una vez terminada su misión Malena se marchó a jugar con sus hermanas.
¡Pero qué ha pasado! Gritan a la vez Zoila y la madre de Malena.
Imaginen, a Malena y sus hermanas corriendo curiosas y un poco alarmadas a ver lo que había sucedido. Los ojos pequeños y achinados de Malena se abrieron de tal manera que se le saltaban de las cuencas. ¿Qué has hecho? le pregunta su madre y Zoila en un ataque de risa. Jajajaja esto es increíble. La Lavadora en marcha se había tragado todo el periódico que Malena había colocado tan prolijamente para proteger a Zoila del agua. Las sábanas, la ropa, los papelitos mojados y pegados a la ropa. Un caos prácticamente.
A pesa del enfado de su madre, Malena entró en un ataque de risa contagiada por la risa graciosa y sin dientes de Zoila. Malena sentada en el suelo quitando uno a uno miles y miles de papeles pegados a la ropa, era como un rompecabezas y mientras los retiraba iba amontonando a su lado cantidades de papeles.
Sus hermanas y su madre se contagiaron de las risas y a pesar del caos todo se transformo en un "agradable" momento entre las seis mujeres de la casa.
Pero Malena sabe que con Zoila lo terrible se puede convertir en algo simple porque sabía mirar la vida a través de esos ojos negros y profundos que tenía.

Lo cierto es que Malena no era la única que cometía errores, también sus hermanas tenían algún detalle que ponía a su madre de los nervios a quien Zoila le enseñaba a controlarse y sonreír. Lógico, como no iba a ser Zoila nuestra maestra ante la vida si ella misma cometía errores.
Las quería tanto y también a su madre; Zoila les había cogido mucho cariño.

Una vez, Zoila estaba atendiendo mil cosas y la madre de Malena también porque debían salir después de la comida. Cuando preparaban sus prendas para vestirse después de comer , la madre de Malena se volvió loca buscando los zapatitos blancos de la niña pequeña; todas en la casa buscando los dichosos zapatos y Zolia dice: "Los tenía en mis manos recuerdo pero no sé dónde los he guardado" La madre de Malena le dice que no se preocupe, que ya aparecerán y que les pondría otros. Se marcharon todas a comer "Zoila incluida, era de la familia" y aunque ya no esté sigue siendo parte en sus memorias.
Una vez todas preparadas para comenzar la comida la madre de Malena se levantó para busca queso rayado en el frigo; comienza a reírse sin parar, una vez abierta la puerta del frigo, era obvio que las niñas detrás al instante, se levantaron de sus sillas como balas y Zoila también se asomaba agachada. Las risas invadieron nuevamente la casa. Estaban ahí, los zapatitos, dentro del frigo. Zoila pidiendo disculpas, a la vez muerta de risa y la madre de Malena no podía parar de reír.

Zoila tu sonrisa hermosa pero sin dientes ¡qué graciosa eras, sabías reírte de ti misma! ¡Tu piel ruda, curtida, llena de grietas, tus uñas quebradas, tus cabellos blancos! ¡Tus historias, tus canciones, tus silbidos tímidos!
¡Gracias por existir y enseñarnos a reír! Así Malena, recuerda a Zoila con tanto cariño y llena de ternura.